martes, 17 de agosto de 2010

Gráfico.

No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.

Maldita charla que me dejó pensando
e insomnio post fin de semana agitado.

No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.
No me tengo que enganchar.

Y yo, ilusa, pensando que lo podía manejar!
No sirvo para las relaciones free.
Es un hecho.

4 comentarios:

  1. yo estoy en un momento donde pienso que no sirvo para ninguna relación, ajajaj. ¿soy yo? o es como dijo Sartre, "el infierno son los otros"...
    saludos señorita.

    ResponderEliminar
  2. me pasa igual...
    somos nosotros y son ellos tb.
    Gracias por pasar!
    Besos!

    ResponderEliminar
  3. Hoy más que nunca lo tengo que repetir hasta que mi cerebro se olvide de la posibilidad de enganchamiento que no sé por qué se le cruzó!

    ResponderEliminar
  4. cada vez que me digo esa frase, es porque se que ya es demasiado tarde...

    ResponderEliminar